Este es un tema ineludible. Como era altamente probable, la selección chilena de fútbol no alcanzó el quinto lugar en las clasificatorias mundialistas, que le aseguraba al menos luchar con Australia en el repechaje por los últimos cupos al Mundial del 2006.
En un deslucido encuentro, que reflejó la pobreza de nuestro fútbol, nuestra selección -palabra poco apropiada para el combinado nacional- sólo pudo empatar con la selección ecuatoriana, ya clasificada al Mundial, que tampoco hizo gran cosa.
Aunque el triunfo no habría servido dados los resultados de los otros países, su consecución nos podría haber calmado algo la gran desilusión de no llegar nuevamente al Mundial. Ahora sería un buen momento para preguntarnos por qué estamos tan malos (o siempre hemos sido malos, pero los resultados nos acompañaban más), por qué se ha depreciado tanto el fútbol chileno y tantas otras interrogantes cuyas respuestas nos permitan levantar a este moribundo fútbol nacional.
Que nuestros jugadores no son atletas, que son cómodos y flojos, que son profesionales sólo para cobrar, que nuestros técnicos y dirigentes son malos, etc., son consideraciones quizá inherentes a nuestra ideosincracia pero que se deben atacar para tratar de reflotar esta actividad, si no queremos seguir en los últimos lugares de sudamérica y cada vez más lejos de los Mundiales.
2 comentarios:
Ni Peru... mish
45X2.
Por ahí escribí del fútbol y las consecuencias para nuestra nación.
A la hora de analizarnos como chilenos debemos aceptar que somos individualistas, nos han inculcado el salvate solo y lo más triste es que no nos damos cuenta que sin organizaciones coherentes no somos nada.
Sindicatos, clubes deportivos, empresas, municipios, cultos religiosos y hogares deberían paracticar la cohesión de todos sus estamentos.
En una de esas podríamos cambiar nuestra realidad.
Atte.
HSQO
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