viernes, 30 de diciembre de 2011

Bienvenido 2012

El fin de año siempre es especial. Nos pilla en un estado de ansiedad tal que deseamos que llegue pronto para dejar atrás un 2011 muy agitado y estresante, como si mágicamente todo cambiara y no hubiere un continuo que nos obliga a seguir adelante.

Tiene su explicación, claro está. La promesa de unas vacaciones que asoman como salvadoras, el efecto anestesiante que significa cambiar año, folio, etc. Por eso es que la gente expresa sus buenos deseos, es su propia apuesta de que todo será mejor, de que todo será posible (entre ello, bajar de peso, ir al gimnasio, dejar de fumar y un largo etcétera).

Pero bueno, así es la vida. ¿Y qué nos ha dejado este año 2011 que se marcha con tanta prisa?

A nivel personal, ha sido un muy buen año, con hitos laborales y familiares importantes. Mucho trabajo eso sí. Con niveles de agotamiento que hace tiempo no sentía (los años pesan y pasan, me podrán decir).

He trabajado en temas que me gustan, he publicado 4 libros (tenía en carpeta más, pero ya saldrán el 2012), he emprendido varios proyectos interesantes y tengo otros que verán la luz el próximo año. Es decir, un buen año, lleno de actividades y logros.

A nivel macro, también pasaron cosas importantes. El país tuvo un año complejo. Más bien, el Gobierno tuvo un año complejo. Los estudiantes y sus movilizaciones coparon buena parte del año, en que vimos nacer a varias figuras promisorias, encabezadas por Camila Vallejo, una joven llamada a liderar el mundo político del mañana.

El Gobierno no ha sabido responder a las demandas estudiantiles, tanto es así que tres ministros han pasado por la cartera de Educación, incluyendo al recientemente nombrado Harald Beyer, economista e ideólogo del mercantilismo en la educación chilena.

Termina el 2011 con muy malas cifras para el Gobierno y para el Presidente, en especial, con un magro apoyo del 23%. Realmente malo y malo para todos, pues estas cifras de cierto modo copan las agendas gubernamentales, enfocándose en lo urgente y no en lo importante, que es que a Chile le vaya bien.

Sólo queda desearles a todos un excelente año 2012, lleno de alegrías y éxitos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Modelo Chileno de Gestión de Excelencia

Creo que me he referido al Modelo Chileno en otras ocasiones (aquí o en otro de mis blogs), pero ahora quiero tocar otra arista.
 
Hace pocos días participé del II Foro de Competitividad, organizado por ChileCalidad, en donde se habló bastante del Modelo (y de la Gestión de Excelencia en general). Todos los presentes sabemos lo que puede aportar el Modelo a una organización (que lo digan Wilug o la Municipalidad de Providencia, ganadores del Premio Nacional a la Calidad y la Gestión de Excelencia, que se basa en el Modelo Chileno), pero no así los que no tienen relación con la materia ni creen en los beneficios que estos Modelos pueden traer.

Se dio a conocer asimismo el extraordinario caso de Singapur, paradigma de aplicación de los Modelos de Gestión de Excelencia, especialmente en el sector público, y cómo la implementación de estos ha logrado catapultar a ese país a los primeros lugares en todos los ránking de competitividad mundial.
 
Es por esto que he reflexionado sobre la importancia que tendría para Chile, un país pequeño, que busca el desarrollo a toda costa, la masificación de este Modelo y del Premio Nacional a la Gestión de Excelencia (su nueva denominación desde este año), pues nos entregaría herramientas replicables y probadas en empresas de clase mundial para aumentar nuestra competitividad, mediante una gestión de excelencia que debería provenir del sector público, liderando de este modo su implantación al sector privado, por medio de exigencias graduales.
 
Si bien es cierto que algunas organizaciones públicas trabajan con el Modelo y han sido ganadoras de Premio Nacional (SII, CorreosChile, entre otras), sería recomendable hacerlo exigible de forma gradual para todo el aparato público, lo que traería enormes beneficios, entre ellos un trato digno y eficiente del cliente-usuario de los mismos.
 
Para esto, empero, hay que contar con más especialistas en el Modelo. Somos relativamente pocos los consultores acreditados en el Modelo Chileno y menos aún los que tenemos la calidad de Examinadores del Premio Nacional a la Gestión de Excelencia. Hay que crecer más en un cuerpo calificado de consultores, que masifiquen este Modelo y lo lleven tanto al sector público como al privado. Todos ganaríamos, especialmente el país.