lunes, 31 de diciembre de 2007

Qué nos dejó este año 2007

Sólo quedan unas horas de este año viejo. Ideales entonces para detenerse y revisar qué nos ha dejado el 2007, con una mirada tan sesgada y única como la de cualquier persona común y corriente.
¿Qué merece destacarse; qué quedará guardado en nuestra memoria, en el Chile del 2007? Pocas cosas, y la mayoría no muy buenas. En primer lugar y por mucho se lo lleva el Transantiago. Un fiasco en todo el sentido de la palabra. Creo que lo único que le puede hacer sombra al gran fracaso del Transantiago son los desaciertos y desencuentros políticos. Mal y muy mal, en general, el manejo político del país (pésimos los asesores del llamado segundo piso de La Moneda); los desaciertos de la administración de la Presidenta Michelle Bachelet han sido muchos y muy notorios, entre ellos el Transantiago, que a todas luces debió postergarse. La llegada a la vocería del Gobierno del Ministro Vidal tampoco me parece afortunada, su estilo punzante y mordaz no creo que sea el adecuado para este "segundo tiempo" del gobierno. En general, el gabinete no convence demasiado y deberíamos esperar para el año que se inicia un cambio que le de un verdadero impulso para mejorar la gestión gubernamental.
Pero no sólo por ahí van mis críticas. Toda la clase política ha dado un lamentable espectáculo este año 2007. Peleas incesantes e inconducentes; aptitudes mezquinas y pequeñas; el deseo de poder como un poderoso imán que les hace actuar de la forma más maquiavélicamente posible. Adolfo Zaldívar, Joaquín Lavín, Fernando Flores, son solo unos pocos ejemplos de lo que digo. No es gratuito el desprestigio de la clase política.
Entre lo destacado del ámbito político, pueden citarse algunos acuerdos alcanzados entre la Concertación y la Alianza, pero poco más que eso. Sin embargo, en otros ámbitos sí hay cosas que conviene destacar.
En lo cultural, creo que lo más destacable fue la fantástica "pequeña gigante" que nos visitó a comienzos de año. Un espectáculo inolvidable. Aunque no tiene directa relación con Chile, un hecho lamentable ocurrió este año, la muerte de Luciano Pavarotti, el gran tenor italiano, enlutó a todo el mundo.
En el ámbito deportivo hay mucho más que rescatar. Fernando González cumplió su mejor año, terminó en el top ten y le ganó por fin a Federer, en el Master, lo que no es poco. La selección sub 20 cumplió una destacadísima actuación en Canadá, finalizando tercera en el Mundial de la categoría, desplegando un gran juego y sólo cayendo con Argentina, más por factores sicológicos que deportivos. Y el gran Colo Colo ganó los dos campeonatos de año, consiguiendo un inusual tetracampeonato. Todo un logro, con Borghi a la cabeza. No vale la pena ni recordar los incidentes de Puerto Ordaz ni los de Toronto. No dan para gastar una línea en ellos.
En el plano personal, ha sido un año de variadas emociones, que se inició con la celebración de los 50 años de matrimonio de mis padres (los que cumplieron además 75 años -mi madre- y 80, mi padre, hace unos días), en una fiesta cargada de emoción y alegria. El ingreso de mi hijo mayor, Gonzalo, a la universidad (Ingeniería en la U. de Chile) marcó un hito muy importante, tanto para él como para mí. El mismo camino que recorrí al ingresar a la Facultad de Ingeniería de la Chile, allá por el lejano año 1983, lo sigue con éxito Gonzalo hoy, lo que me emociona y me hace sentir un poco viejo (bastante en realidad). El reencuentro con los antiguos compañeros de liceo, luego de 25 años de haber egresado del mismo, también marcó un punto alto del año que se va.
El estar constantemente al lado de mi hijo pequeño, Diego, verlo crecer, jugar con él, me ha llenado buena parte del año. El estar un año más con mi pareja, Katia, o mejor dicho, el que me aguanten un año más, ha sido también muy importante. En diciembre celebramos seis años juntos, lo que no es poco.

martes, 4 de diciembre de 2007

Chimpancés con buena memoria

En la mañana vi una noticia muy simpática, que decía de un experimento que demostraba que jóvenes chimpancés tenían mejor memoria de corto plazo (como una memoria fotográfica) que estudiantes universitarios. Consistía en ver por un brevísimo tiempo dígitos en una pantalla táctil y luego -una vez tapados por un recuadro blanco- había que tocarlos en orden ascendente. Era impresionante ver al chimpancé hacerlo con una velocidad y seguridad increibles

El chimpancé tuvo éxito en el 80% de los casos, mientras que los humanos no alcanzaron el 40%. Esta es la primera vez que este pariente nuestro nos supera en un proceso cognitivo, lo que no me sorprende mayormente, pues me ha tocado conocer muchas personas que creo que perderían con un chimpancé en muchas otras pruebas, sólo diferenciándose de éstos por el lenguaje.

martes, 27 de noviembre de 2007

Declaración de principios

¡Amo a las mujeres de bellos pies!

(Me aburrí de hablar de la contingencia nacional. Que los problemas con las platas del Transantiago; que nadie reconoce culpas ni errores -especialmente Ricardo Lagos-; que la DC pretende expulsar al senador Adolfo Zaldívar de sus filas por firmar una carta cerrando filas con la Derecha; que la Concertación perdió su mayoría en el Senado y que está próxima a desaparecer; que se intenta por todos los medios de minimizar al candidato de Renovación Nacional, aún a costa de levantar a Lavín; en fin, todo huele mal en la política nacional, los cálculos pequeños, la increíble arrogancia y ambición de algunos políticos, el poderoso imán que es el poder para aquellos que se llaman "servidores públicos", nada vale la pena comentar con detalle)

miércoles, 17 de octubre de 2007

Bacheletista-Aliancista?

Las últimas semanas han sido pródigas en noticias del ámbito político. Un remezón de impacto mundial fue el encarcelamiento de la familia Pinochet Hiriart en pleno, como consecuencia del enriquecimiento ilícito del ex dictador chileno y sus cuentas secretas en el extranjero, pero como para mí (y para la derecha toda, que cada vez se desentiende más del asunto) el tema Pinochet es pasado, no me mereció mayores comentarios.
El publicitado Congreso de la DC -que llenó las portadas de diarios y los noticieros de la TV local- fue también noticia el fin de semana recién pasado, con Adolfo Zaldívar como personaje (villano o héroe, según se mire) principal. Creo, sin embargo, que no estuvo a la altura de las expectativas que se crearon, incluso entre los propios democratacristianos, pues no se avanzó prácticamente en ningún tema y menos sobre un posible precandidato presidencial de esos colores, que le pueda hacer sombra a los que actualmente están corriendo, con Sebastián Piñera como avanzado líder.
Y a propósito de este empresario-político, llegó de una extensa gira por varios países europeos (lobby internacional que le llaman) criticando fuertemente a Joaquín Lavín por sus últimas actuaciones, un tanto erráticas desde que integra la Comisión para la superación de la pobreza.
Aquí llegamos, por último, al punto central que quería tratar. Este sempiterno candidato presidencial se declaró Bacheletista-Aliancista, provocando un verdadero terremoto en su sector, con airadas reacciones de moderados y duros (o moros y cristianos, en otras palabras). Sólo parece haber convencido a algunos políticos, entre ellos al inestable Longueira.
¿Pero que hay detrás de esta extraña declaración? Según Lavín, hay que apoyar al gobierno de la Bachelet, para que en estos 30 meses que le quedan le vaya bien; que en el mundo desarrollado se da esta suerte de colaboracionismo entre partidos y coaliciones antagónicas y otras frases por el estilo.
Puede ser, no dudo de sus buenas intenciones, pero creo que esto apunta a un objetivo superior; hay una planificada estrategia detrás de este nuevo estilo que debería volver a darle a Lavín un protagonismo perdido, es decir, me parece que sólo es un nuevo recurso de posicionamiento, ingenioso y arriesgado, apuntando principalmente a bajar del sitial que hoy ocupa Sebastián Piñera, como principal candidato de la oposición a La Moneda.
En poco tiempo más sabremos con más certeza de que se trata esto de ser Bacheletista-Aliancista.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Fujimori en Perú

El ex Presidente peruano, Alberto Fujimori ya se encuentra en suelo peruano, luego de que la Corte Suprema de nuestro país concediara la extradición por siete de los delitos por los cuales era requerido por la justicia de su país.
Como ya se ha señalado profusamente, esta sentencia es la primera a nivel mundial que concede la extradicción de un ex Jefe de Estado, sentando un precedente importante en temas de derechos humanos. Todo bien hasta aquí, pero surgen muchas interrogantes en este caso, desde mi punto de vista.
Para nuestro país, Fijimori era un "cacho", sin duda, pero para Perú lo es mucho más aún. Para el Presidente Alan García -a pesar de las palabras de beneplácito por la extradicción- lo mejor era que Fujimori se quedara en Chile y no generara todo el ruido interno que sin duda generará. Para Chile, que desea un escaño en la ONU en materia de derechos humanos, este caso le vino de perillas, pues ha quedado como un adalid de los DD.HH., pero para los que tenemos memoria recordamos su nula diligencia en los procesamientos al ex dictador Pinochet, esperando -al igual que todos los gobiernos de la Concertación- que la muerte borrara su recuerdo como efectivamente ocurrió. Aquí se aplicó lo que llamaría "observancia de un buen superior", esto es, la paz social.
No será fácil para Perú enjuiciar a Fujimori; cuenta aún con respaldo popular, su gobierno es recordado como exitoso por las clases más populares, terminó en la práctica con la guerrilla, etc., lo cual lleva a pensar que una parte importante de esa Nación no quedará conforme con su juicio.
En fin, le pasamos la pelota al gobierno peruano; ahora resta esperar si podrán dominarla adecuadamente o se harán un tremendo autogol, con insospechadas consecuencias políticas para esa gran Nación del norte.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Violencia del 11 de septiembre

Algo pasa en Chile. Hay que detenerse a pensar el por qué de tanta violencia. Me parece muy claro que los disturbios acaecidos en la noche del 11 de septiembre poco o nada tienen que ver con dicha fecha, que pasa a ser una anécdota o, más bien, una excusa para descargar tanta violencia.
Que son delincuentes comunes, el llamado lúmpen, jóvenes e inclusos niños, o narcos, todos o en su gran mayoría ajenos al 11 de septiembre del año 1973, puede ser, pero cuál es su motivación, cuál es el origen de esa inusitada violencia contra todo y contra ellos mismos (saquear escuelas sólo va en desmedro de ellos); me parece que por ahí deberían ir las reflexiones de esta amarga jornada, que dejó un carabinero muerto y a otros varios heridos.
Posiblemente -según mi punto de vista- la causa de todo sea la enorme desigualdad de oportunidades, la gigantesca diferencia en los ingresos, la nula posibilidad de escapar de situaciones extremas, en fin, un odio contenido contra el sistema, que busca estas oportunidades para desahogarse. Es difícil hacer entender a los más necesitados (entre los que se incluye la clase media baja, que se asume sin futuro prácticamente) por qué el éxito que aparenta tener el país en sus grandes números no les llega a todos; como creer el discurso de que vamos bien, si la enorme mayoría de la gente no es partícipe de esa bonanza, que aprovechan sólo el gobierno y los grandes grupos económicos.
Me parece que nada tiene que ver el "11" con esta violencia, creo que es más profundo y por lo mismo, más preocupante. Creo que la gente está muy cansada de esperar por mejores oportunidades, las que no llegan por ninguna parte.
Aprovecho de comentar otro hecho que no debe ser pasado por alto, desde mi perspectiva. El impedir el paso de las marchas por Morandé -producto de la Molotov del año pasado- me parece francamente insólito y digno de otros tiempos. Incluso en dictadura era posible transitar por esa calle y rendir los homenajes pertinentes al ex Presidente Allende. Que ahora se restrinja el paso y se acordone y custodie como si estuviéramos en guerra me parece prepotente y provocador, muy distante del espíritu que la Presidenta Bachelet prometió para su gobierno. Esto claramente genera rechazo y violercia.

jueves, 16 de agosto de 2007

Terremoto en Perú

Perú, como hace tiempo no sucedía, ha estado en boca de todos aquí en Chile. A los recientes conflictos diplomáticos por la publicación de un mapa que altera los límites marítimos con nuestro país se suma el gran terremoto que afectó ayer a diversas localidades peruanas, con una magnitud de 7,9 en la Escala de Richter y que ha dejado más de 400 muertes y miles de heridos. Pisco, Chincha e Ica son las ciudades hasta ahora más afectadas por ese fuerte sismo que se sintió también en el norte de nuestro país.
A través de estas líneas les expreso toda mi solidadridad al pueblo peruano y mis condolencias a las víctimas.
El llamado "Cinturón de fuego del Pacífico" nos recuerda de tanto en tanto que la fuerza de la naturaleza es incontrolable. Ya hubo hace poco un terremoto en el norte chileno, pero hace más de veinte que no lo hay en la zona central y claramente, más temprano que tarde, habrá uno. Hay que estar preparados.

miércoles, 25 de julio de 2007

Y todo sigue igual

Este post se había postergado mucho. Y la razón era que no encontraba mayores novedades en el ámbito político. En un principio lo había titulado "Actualidad política", título que ya no viene al caso. En fin, todo sigue más o menos en lo mismo, con el Transantiago creando problemas transversalmente en todo el gobierno y claro en toda la población capitalina.
La adhesión al gobierno ha disminuido tal como se preveía, las regiones reclaman por los cuantiosos recursos asignados al transporte público (como si Santiago fuera Chile), las comisiones investigadoras de la Cámara de Diputados tratan de asignar responsabilidades, mientras que los oficialistas intentan brindar a éste y al anterior gobierno. Los informes que auguraban los problemas aparecen por todos lados y los ministros políticos tratan de defender lo indefendible. La derecha, por su parte, se soba las manos pues con esta y otras tonteras en diversos ámbitos ya se ven en La Moneda en el próximo período presidencial.
Es decir, lo mismo de siempre. Lástima por Soledad Alvear que ha estado muy activa y sigue figurando como uno de los políticos con más futuro. Lástima pues creo que Chile nunca más (o por lo menos no en un buen tiempo) votará por otra mujer para Presidenta. Y lástima por Michelle Bachelet que no ha podido hacer un buen gobierno.

miércoles, 18 de abril de 2007

Desaciertos del gobierno

Ayer el gobierno sufrió un nuevo y duro golpe, al no aprobarse el proyecto de depreciación acelerada en el Senado, el que deberá pasar a comisión mixta para su análisis por las comisiones de Hacienda de la Cámara baja y del Senado. Finalmente, y esto es a título personal, el proyecto será aprobado, pero no antes de negociar nuevas medidas que apunten a solucionar los verdaderos problemas de las pymes, que se han visto totalmente despreciadas por el actual gobierno.
Recordemos que este proyecto es parte importante del plan Chile Invierte, el que se supone va en directo beneficio de las pymes. Sin embargo, es mayoritaria la opinión -incluida la mía- que solo favorece a las grandes empresas, las que no necesitan más ayudas ni beneficios estatales.
Por lo mismo, me parece muy desacertado el lobby que ha realizado el gobierno con las grandes agrupaciones gremiales (CPC, entre otras) para que éstas traten de influir en los parlamentarios opositores, dejando una vez más fuera de las conversaciones a las pymes, las supuestas favorecidas por las medidas del plan Chile Invierte.
Y los desaciertos suman y siguen. Me parece poco adecuado el proyecto de ley que modifica la ley de enseñanza, especialmente en lo que respecta al lucro y a la selección. Esto provocará un desinterés del sector privado en la enseñanza, perdiéndose importantes proyectos educativos de calidad, al limitar la legítima ganancia, como en cualquier otra actividad productiva. Asimismo, la selección, evitando la discriminación, no puede quedar de lado. Lo que claramente debe pasar es que la subvención estatal debe ser diferenciada y no homogénea como hasta ahora, otorgando muchos más recursos a los sostenedores que trabajen con alumnos con mayores riesgos. Hay como una improvisación latente en el proyecto, que poco dice relación con la calidad de la educación, atacando factores anexos y no yendo al meollo del problema, que es la pobrísima calidad de la educación.
Pero los desatinos no se quedan allí. La Presidenta Michelle Bachelet, poco asesorada al parecer en temas comunicacionales, se ha despachado dos entrevistas en las que apela al instinto y a los sueños para gobernar. Mala cosa me parece. Si le hubiera hecho caso a su instinto no habría autorizado el funcionamiento del Transantiago en febrero pasado y duerme con un papel y un lápiz a la mano para anotar lo que sueña. ¿? Ambas declaraciones no la dejan muy bien parada como gobernante.
Y para no hacer eternos estos comentarios (o críticas derechamente), me referiré por último al gabinete, el que me parece no está muy afinado. Ricardo Lagos W. se mandó la más grande voltereta de los últimos tiempos al decir que no dijo lo que todos oímos en TVN sobre que el ex Ministro Espejo fue el responsable de poner en marcha el Transantiago. Luego tuvo que excusarse con todo el munco, incluido el propio Espejo y la presidenta de la DC, senadora Alvear. Y los Velasco tampoco lo han hecho muy bien. Belisario metió las patas hasta el fondo al nominar a una persona vinculada al caso Spiniak a dirigir ChileDeportes, la que duró menos de dos días en su cargo; y Andrés, el todopoderoso Ministro de Hacienda, no baja del Olimpo que le da su innegable capacidad técnica y no escucha las quejas sobre el tema pyme de parte importante del espectro político nacional, incluido importantes senadores oficialistas, como Ominami y Zaldívar. Y desacertado también en su constante desaire a asociados y agrupaciones de pymes, como Conapyme, que no ha sido escuchada en este importante tema.

viernes, 2 de marzo de 2007

Añoranzas

¿Qué pasó con nuestro Metro? Sólo hace unos meses atrás, seguía siendo un orgullo para nuestra ciudad. Cómodo y rápido. Limpio y expedito. Era un agrado subirse en verano para evitar el inclemente sol.
Ahora, en cambio, convertido en el eje principal del Transantiago, es un verdadero martirio. Y lo peor de todo es que estamos obligados a usarlo, pues la locomoción colectiva cubre un porcentaje mínimo de los antiguos recorridos (las añoradas micros amarillas, con todos sus defectos, siempre estaban disponibles: uno salía a la calle y tenía múltiples alternativas). Pero sigamos con el Metro; de ser el mejor medio de transporte, hoy no da un servicio de calidad, pues el hacinamiento es intolerable, los accesos pequeños crean largas colas, los andenes se hacen estrechos (espero que no suceda un accidente con la presión que ejerce la masa tratando de entrar a los trenes), se dificulta entrar a los trenes ya que la cantidad de gente que sale es demasiado -no sería mala idea destinar accesos únicos para salida e ingreso, de modo que mientras se desocupa por un lado se llena por el otro- en fin, es un desastre que se agravará aún más con la entrada de casi 700.000 escolares en las dos siguientes semanas y de los cientos de miles de universitarios que aun gozan de sus vacaciones, lo que hará colapsar totalmente ciertas estaciones y no veo cómo lo van a solucionar.
Pero no hay que cargarle todas las culpas al Metro, sino que al proyecto Transantiago en general, pésimamente diseñado (parece que las encuestas "origen-destino" que se hicieron en su oportunidad fueron contestadas por muy pocos santiaguinos, ya que al parecer en éstas se basaron para diseñar los recorridos).
Es muy claro que los mayores problemas se encuentran en las comunas periféricas, pero no es menos cierto que todos nos hemos visto perjudicados de una u otra manera. Mi caso, aunque viva cerca del Metro, es un vivo ejemplo. Para llegar a mi oficina, ubicada en pleno centro de Santiago, tenía a mi disposición al menos 10 recorridos de microbuses que me servían (me bajaba en Santo Domingo con Puente), por lo que llegaba en diez minutos a mi oficina. Para la vuelta, tenía aún más opciones en calle Merced, para llegar a mi destino (Providencia con Miguel Claro), además que tenía a mis pies el Metro que tomaba en días de lluvia o de mucho calor.
Hoy en día no existe ningún recorrido que me sirva (salvo dos que pasan por la Alameda y me dejan a seis o siete cuadras de mi trabaja), obligándome a tomar el Metro como única alternativa viable (Ok, me pueden decir que puedo caminar -total 2,5 Km hace bien y media hora de ejercicio me serviría para bajar de peso- o tomar taxi, pero no son las mejores opciones- encontrándome con las pésimas condiciones antes señaladas. Mejor calidad de vida, jamás; más rápido, quizás algunas veces.
Y este es un ejemplo nada de grave a decir verdad, que no se compara con lo que tienen que sufrir tantos otros que no tienen opciones, o que tienen que levantarse horas más temprano o caminar varios kilómetros y hacer varios transbordos, etc.
Se dice que la contaminación ha disminuido; que la congestión también; es cierto hasta ahora, pero me parece que todo ello se compensará con la enorme cantidad de autos que empezarán a circular por la ciudad, lo que llevará esos niveles de contaminación a los mismos de siempre o quizás más altos.
No me gusta ser tan crítico, pero la verdad es que no me ha gustado el Transantiago. Espero que funcione, que el cambio cultural a que se refieren las autoridades -que no ocupan por supuesto el Transantiago- se concrete y este sistema, más temprano que tarde, empiece a funcionar bien.

domingo, 28 de enero de 2007

La Pequeña Gigante

Nadie en Santiago ha podido sustraerse del embrujo de la "Pequeña Gigante", esa enorme y hermosa marioneta gigante que trae la compañía gala de teatro callejero Royal de Luxe, poniéndole broche de oro al festival de teatro "Santiago a Mil 2007".
Cientos de miles de chilenos (sí, muchos han venido de provincias especialmente para ver este espectáculo) han podido observar de cerca a esta maravilla, de siete metros de altura y con casi treinta toneladas de peso, que fascina por igual a chicos y grandes, de una ternura impresionante, tan bien accionada que pareciera viva. El trabajo de sus gestos, de sus ojos es simplemente genial, si se tiene la impresión que mirara todo a su alrededor.
Como podrán adivinar, he sido uno más de los que han caido rendido a su encanto. Tuve el privilegio de verla en la Plaza de Armas de Santiago, en la tarde del viernes pasado, desde un sexto piso, lugar que me daba una excelente perspectiva de todo lo que significado esto para Santiago. La gente reunida era impresionante. Se calculaba en más de 30 mil personas sólo en ese lugar, la que seguía admirada cada movimiento de la Pequeña Gigante, hasta verla acostarse y descansar en su enorme cama, para seguir al día siguiente con su tarea, encomendada por la propia Presidenta de la República, capturar a un gigante rinoceronte, el que -debido al nerviosismo de la ciudad- ha causado algunos destrozos por todo el centro de Santiago, tal como nos muestra la fotografía, de dos microbuses destruidos frente al Palacio de La Moneda.
La magia de la historia, la ilusión de ser parte de un proyecto tan vivo y cercano a la gente, la fuerza de la representación magistral que logran sus liliputenses operadores, se conjugan para crear un espectáculo como no se había visto nunca por estos lados. Familias enteras disfrutando de una fantasía colectiva que ha revolucionado la capital. En muchos puntos de ésta hay rastros del paso del asustado rinoceronte y todos queremos ser parte del momento en que la Pequeña Gigante lo encuentre y lo calme, sentirnos participando de una historia única y nuestra, que nos haga olvidar todos nuestros problemas y vivir por algunos minutos un verdadero cuento de hadas, en que todo es posible.
Sin duda, este ha sido un enorme acierto, con una covertura mediática impresionante, de un éxito insospechado aún para los propios organizadores, que debe hacernos pensar en muchísimas cosas, como país, como sociedad. Tratar de responder el por qué la gente se volcó en masa a ver este espectáculo, que prendió en todos los niveles de la población; explicarnos qué gatilló que todos hablaran de esta marioneta, que todos quisieran estar cerca de ella y que nadie quedara indiferente ante el paso de ella; intentar desentrañar que fibras tocó de la población que la animó a participar, a divertirse, en fin, muchas preguntas que deberán encontrar respuesta (a niveles sociológicos y sicológicos) que pueden servirnos para crecer como sociedad.

domingo, 14 de enero de 2007

No creo en el Transantiago

Definitivamente, no creo en el Transantiago, el nuevo sistema de transporte público que hará su ingreso formal y definitivo el próximo 10 de febrero en nuestra capital. Y menos en que se haya fijado una tarifa de $ 380 por los próximos seis meses. ¿A quién pretenden engañar? Con esta tarifa no puede financiarse el servicio, o alguien creerá que todos los transbordos -que serán gratuitos en un comienzo- se financiarán sin recibir dinero.
No me lo creo. No creo que haya habido una buena planificación. El Metro colapsará cuando empiecen las clases en marzo y esté todo el mundo en Santiago. Si ya es casi imposible usar el Metro en las horas punta (que tienen una tarifa alta para evitar tanta afluencia), qué sucederá en los primeros meses de funcionamiento, en que la tarifa alta bajará a $ 420 y se estima que llegará el doble de gente a las estaciones.
No veo solución para esto. No basta con tener más guardias y guías, pues las estaciones y los andenes no darán abasto simplemente. Parece que las autoridades no han ido a la Estación Tobalaba en las horas críticas, pues es simplemente un caos.
Pero volviendo al Transantiago, no me cabe duda que el sistema colapsará rápidamente y nos veremos enfrentados a innumerables soluciones de parche, como ocurre frecuentemente en Chile. Las tarifas deberían subir bruscamente para hacer viable el sistema, ya que, entre otros problemas, el sistema de pago con la tarjeta Bip provocará una merma de ingresos para las empresas operadoras, pues no se podrá controlar a todo el que sube a las ¿¡modernas?! máquinas que sirven los recorridos de acercamiento ni a las que cubren los tramos llamados troncales. En las horas puntas, muchas personas suben por las puertas traseras o empujándose por la puerta delantera, las que no podrán (y no querrán en muchos casos) pagar su tarifa. No podrán poner guardias ni inspectores para esto, lo que redundará en menores ingresos para los operadores, los que se verán forzados a subir las tarifas.
Y no quiero agregar nada respecto a los trayectos y sucesivos transbordos que nos veremos obligados a hacer para llegar a nuestros destinos, pues me parece contrario a la supuesta mejora en la calidad de vida que nos traerá este nuevo sistema. No me pueden decir que le mejorará la calidad de vida a un obrero que necesitaba tomar una sola locomoción para llegar a su destino (y quizás muchas veces iba cómodamente sentado, aunque el bus fuera lleno) y ahora deberá hacer varios transbordos -bus de acercamiento, luego un Troncal que lo llevará al Metro y quizás otro bus de acercamiento para llegar a su destino final- lo que implicará malos ratos, esperas, atochamientos y hasta un mayor tiempo de espera, sin contar que más temprano que tarde tendrá que pagar muchos de esos viajes que por ahora serán gratuitos.
Hay varios otros aspectos que me merecen reparos, pero sólo llegaré hasta aquí. En síntesis, no creo en el Transantiago.