En primer lugar, esta semana estuvo marcada por el debate/foro presidencial. Desde mi perspectiva, creo que esta vez sí aportó algo a la discusión política y a la opinión pública. Con un Lavín más peleador que nunca (hay que recordar su antiguo eslogan de "gallito de pelea") agradeciendo la buena participación de Hirsch que posibilitaría una segunda vuelta, con un comando oficialista tomando más seriamente esta posibilidad y con Piñera tratando de acercarse más a la clase media-baja, todos de una u otra manera han tomado con mucha seriedad las lecciones de este foro y han enfocado sus esfuerzos en las direcciones que estiman adecuadas dados los análisis del mismo.
Lo que ha quedado claro, sin duda, es que RN va a tratar de sacarle el máximo provecho al nuevo estilo lavinista, como lo ha dicho ya Alberto Espina al referirse que ellos presentan una candidatura de unidad y no de división como la del abanderado de la UDI.
Sorprenden también -cambiando radicalmente de tema- las declaraciones de ex agentes de inteligencia de la dictadura en cuanto a que tenían órdenes de matar a Ricardo Lagos, luego del atentado que sufriera Pinochet. Pero sorprende aún más que la derecha no se haya pronunciado al respecto, al conocerse de primera mano el modus operandi de la funesta CNI, brazo armado de todos los atropellos a los derechos humanos de la dictadura y al confirmarse una vez más que este verdadero terrorismo de Estado era habitual y conocido por los que detentaban el poder.
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