sábado, 8 de octubre de 2005

La semana política

¿Qué nos ha dejado esta semana en política? La verdad, bien poco, sólo polémicas inútiles, estériles y artificiales. La desesperación de la derecha lavinista que se aferra como tabla de salvación de la lamentable delincuencia que nos afecta, tratando de hacernos creer que todo es culpa del gobierno. Además de majadero con el tema, el eterno candidato ha perdido un poco la compostura cayendo en descalificaciones. Creo que la asesoría que recibe no es la adecuada y el aporte de la chica Bitar no ha sido el esperado por su comando. Si no sucede algo extraordinario de aquí al 11 de diciembre, no le alcanzará ni para salir segundo.
Tan impresentable como aquello es que no esté listo aún el programa de gobierno de la candidata de la concertación. Me parece casi una falta de respeto al país, pues aunque mande en las encuestas no nos ha mostrado lo que quiere hacer, salvo vagos argumentos de que todo será revisado en comisiones de expertos. Asimismo, si la candidata opina de algún tema, debe tener cierto dominio (cómo debe envidiar el manejo de Lagos), ya que lo que ha manifestado sobre Codelco, a propósito del proyecto de transformarla en S.A. demostró que no entendió nada.
Peleas estériles, acusaciones que no buscan más que aparecer en la prensa (el famoso estilo Girardi) son las que se han producido en la VI Región con las acusaciones de ataques a los brigadistas y las que se produjeron luego del encuento de Piñera con algunos personeros el PPD.
Para terminar este breve resumen del acontecer político de nuesto país, me referiré a algunos comentarios del Presidente Lagos. Su crítica a la línea editorial del noticiero de TVN que luego hizo extensivo a los otros canales me dice que los comentarios de Lavín sobre la delincuencia le llegan más de lo que afirma. También creo poco acertados sus comentarios respecto a arrogarse para sí el haber puesto el tema de la desigualdad en el tapete. No es un problema de hace poco tiempo ni su gobierno y la Concertación se pueden arrogar ese mérito. La desigualdad del ingreso chileno es endémica y en medios académicos se habla de ella como un problema grave desde los lejanos tiempos en que estudiaba y Foxley y French-Davies estaban en la Flacso, es decir, principios de los '80.

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