Nuestra querida vecindad

Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, lo más probable de Ollanta Humala en Perú, nuestros países limítrofes tienen o tendrán gobiernos encabezados por políticos que no se pueden considerar amigos de nuestro país.

Kirchner ha dado muestras de ser poco confiable (todos recordamos el caso del gas y cómo no se respetaron los acuerdos), Morales mantiene un discurso lejano para con nosotros y ha manifestado que activará la política de ese país de gas por mar. Por su parte, Humala -que lidera con ventaja las encuentas presidenciales- ha manifestado que no es enemigo de Chile, pero que no se dejará pisar el poncho, criticando de paso las inversiones chilenas en Perú y alertando a su país sobre una presunta carrera armamentista liderara por Chile, lo que ha sido desmentido en todos los tonos por las autoridades de nuestro país.

Las complejas relaciones internacionales con estos países, sobre todo con Bolivia y Perú, pueden hacerse aún más inestables si los gobiernos de dichos países, con tintes nacionalistas y populistas, intentan hacer valer largas y esperadas reivindicaciones para congraciarse con los electorados respectivos.

No será fácil para el nuevo gobierno que asuma en marzo en nuestro país lidear con estos temas. Estimo que será fundamental el apoyo que pueda prestar José Miguel Insulza desde la OEA, en su calidad de Secretario General de dicho organismo. La jugada maestra que llevó a Insulza a la OEA podría verse en todo su esplendor si dichos países intentan lograr apoyo internacional para sus causas y Insulza se vea en la obligación de intervenir, quitándole respaldo a esas posturas.

Ampliando un poco más nuestra vecindad, Chávez en Venezuela, el paradigma del presidente populista en nuestra América morena, también puede ser un foco de inestabilidad. Sus conocidos apoyos a Evo Morales y Ollanta Humala nos pueden traer más de algún problema. Espero que en definitiva no ocurra nada extraordinario y las relaciones de buena voluntad se mantengan por mucho tiempo más.