miércoles, 21 de diciembre de 2005

El sistema binominal

El gobierno, aprovechando la coyuntura política para captar votos de cara a la 2ª vuelta y de paso poner en aprietos a Piñera, mandó el proyecto de ley -con suma urgencia- que elimina el sistema binominal, pero sin presentar uno que lo reemplace.
La comisión respectiva de la cámara de diputados aprobó la idea de legislar sobre la materia, a pesar de la resistencia de la Alianza, que votó nulo, lo que también hará en bloque en la votación en la sala, poniendo un freno a dicho proyecto. Las razones de esta decisión y de la del gobierno para enviarlo en esta oportunidad tienen sus fundamentos, ambos entendibles, que trataré de explicar en breves líneas.
Claramente, detrás de este proyecto hay un fin electoral, aunque no se quiera reconocer. Es legítimo, por lo demás, pues representa un sentir largamente acariciado de cambiar el sistema electoral que se percibe como poco democrático. Por la derecha es visto como una forma de intervencionismo electoral, lo que no deja de ser cierto, ya que intenta influir directamente en la intención de voto del electorado y atraer definitivamente los votos de la izquierda extraparlamentaria.
Sin embargo, el hecho que el proyecto no presente ningún sistema electoral que sustituya al actual me parece poco serio y demostraría, a mi parecer, que dicho proyecto se evacuó con el sólo propósito de dejar en mal pie a la Alianza, al enfrentarla a un juicio público frente a la materia. Es una jugada que no se condice con la categoría del gobierno del Presidente Lagos.
La Alianza ha justificado, por su parte, el rechazo a la iniciativa por varias razones, algunas de orden técnico, además de las expuestas anteriormente. Expresan que no es conveniente dejar al país sin sistema electoral por dos años (plazo que se dió en la comisión para el estudio del sistema que sustituirá al binominal) ya que puede ocasionar graves problemas políticos si no se llega a acuerdo. Que la proporcionalidad que desea implantar el gobierno dejaría en desmedro a las regiones con menos electores, quitándole representatividad y debilitando aún más la regionalización y darle una representación muy importante a la región metropolitana. En fin, quejas que tienen alguna justificación, aunque la molestía más grande de este bloque es el aprovechamiento político de la medida.
Veremos en los próximos días que sucede con esta interesante polémica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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