Ya no queda nada. Mañana temprano todos iremos a votar. Pero antes sería bueno dejar unos últimos pronósticos. Algunos amigos y yo los dejamos en un post anterior, ya hace bastante tiempo (2 de noviembre), en los comentarios del mismo. Quizás muchos considereremos que las condiciones desde esa fecha hasta ahora hayan cambiado lo suficiente que amerite revisar dichos pronósticos y cambiarlos, lo que voy a hacer yo.
En esa oportunidad mis pronósticos eran los siguientes: Bachelet: 43,3%; Piñera: 19,7%; Lavín: 18,5% y Hirsch: 9,7%; Nulos y blancos: 8,8%. Hoy tiendo a pensar que, si bien el orden no sufrirá variación, los porcentajes sí. Hoy me inclino más por los siguientes: 42,5% para Bachelet; 24,7% para Piñera; 20,8% de preferencias por Lavín y para Hirsch un 6,7%. Nulos y blancos 5,3%.
Mañana es un día clave para el futuro político del país. Nuevos liderazgos pueden surgir con tanta fuerza que provoquen un cambio en las relaciones actuales. La DC y la UDI pueden ver atacadas sus respectivas hegemonías en sus coaliciones. Expectantes estarán en RN para saber si el respaldo que ha cosechado su candidato se reflejará o no en las parlamentarias. A la inversa, los candidatos UDI pueden ver como el menor respaldo que ha concitado Lavín los llevará a perder diputados y senadores. Las relaciones de fuerza entre estos partidos pueden cambiar ostensiblemente.
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