martes, 13 de diciembre de 2005

Análisis de las elecciones

Nuestras elecciones nos dejan, como siempre, gran material para el análisis y cifras y porcentajes que permiten que todos se sientan de alguna manera ganadores. Antes de dar a conocer mis impresiones quisiera hacerlos pensar en el sistema binominal que astutamente dejó implantado la dictadura de Pinochet.
Bajo este sistema, la derecha chilena (RN y UDI) ha mantenido prácticamente un empate en ambas cámaras con lo cual se ha transformado en un contrapeso más allá de sus merecimientos que ha influido en la dictación (o no dictación en muchos casos) de todas las leyes que despachan estas cámaras, debiendo recurrirse a acuerdos para temas prioritarios en todos los gobiernos de la Concertación. Además, este sistema ha permitido un alza sostenido de la votación para ese sector, que culminó este 11 de diciembre con una mayor votación de la derecha en las presidenciales. Algo que evidentemente no refleja la realidad, que debe estar más cercana a los resultados parlamentarios, en que la Concertación supera a la Alianza por más de 13 puntos porcentuales (51,77% contra 38,70%). Otro punto es que este sistema le ha sido útil a los partidos más fuertes en cada bloque, la DC en la Concertación y la UDI en la Alianza, lo que explica por qué nunca ha habido la verdadera voluntad política de cambiarlo, aunque hoy a raíz de la debacle de la DC puede haber mayor concenso en eliminarlo definitivamente. Eso espero.
Bueno, ahora yendo a las parlamentarias, el hecho más significativo es la mayoría en ambas cámaras obtenida por la Concertación, lo que nunca antes se había logrado conseguir. Y esto se ha logrado por el impresionante avance del bloque progresista de la Concertación (PS, PPD y PRSD). Estos suman 45 diputados (frente a sólo 20 de la DC) y 16 senadores contra sólo 6 de la DC. Al desglosar estos datos, se puede ver como perdió fuerza la DC: el PPD se transformó en la principal fuerza en la cámara baja dentro de la Concertación, con 22 diputados y el PS en la cámara alta con 8 senadores, desplazando ambos partidos a la DC que tenía cómodas mayorías anteriormente. Claramente, la DC dejó de ser el principal partido de este conglomerado, pues no es válido el argumento usado por su presidente (senador Adolfo Zaldívar) de que lo son, al decir que obtuvieron el 20,78% de preferencias, contra el 15,44% del PPD, ya que esto no considera el hecho que la DC obtuvo ese porcentaje con 56 candidatos, mientras que el PPD obtuvo ese excelente porcentaje con sólo 27 candidatos. Por lo tanto, ambas cifras no son comparables en ningún sentido, y claramente el PPD superó a la DC en casi todos los distritos en que compitieron, haciendo a este partido el más fuerte dentro de la Concertación. No ver esto, es ceguera política.
Para no hacer más extensos estos comentarios, llegaré sólo hasta aquí, para continuar a la brevedad.

1 comentario:

Enzo Antonio dijo...

Este sistema binominal, que justamente como tú lo indicas, es una herencia de la dictadura y que sólo ha beneficiado a la derecha minoritaria, que siempre se las ha arreglado para tener empatado el senado (e incluso con mayoría con los senadores designados, que se terminan). Esto hasta ahora, en que la concertación tiene mayoría, pero lamentablemente no la suficiente para acabar con el binominal, pues necesita los votos de parte de la derecha. Piñera podría dar señales al respecto y mostrarse como un verdadero demócrata, pero no lo hará.
Otra prueba de lo perverso que es el sistema binominal, es que la DC aumentando su votación pierde parlamentarios. (ej. Zaldívar le gana a Novoa pero pierde igual). Es cierto que la DC es el partido con más votación, pero la fuerza se vé en el número de escaños, y el bloque progresista gana lejos. Saludos