Más de alguna sorpresa nos deparó la elección de los colaboradores directos de la Presidenta electa Michelle Bachelet. Pero antes de analizarlas, creo conveniente dejar en claro que concuerdo con el perfil, más técnico que político, del nuevo Gabinete.
Más allá del tema paritario -que en sí no debería ser un tema relevante- me parece bien que se haya incluido a personas con marcado acento técnico y con gran preparación, en general, para asumir sus tareas profesionales en cada área, lo que asegura por lo menos que los ejecutantes tendrán buenos "dedos para el piano" que representará cada cartera ministerial.
Aunque discrepo del gran peso que se le dio a la DC otorgándole los dos Ministerios más importantes, Interior y Relaciones Exteriores, hecho que puede tener distintas interpretaciones pero que me da la impresión de ser una vuelta de mano al apoyo de este partido a la candidatura de Bachelet.
Ahora, en cuanto a las sorpresas de que hablé, la más llamativa es la ausencia del Gabinete de Sergio Bitar. Explicaciones deben de haber varias, pero creo que las negociaciones no lo deben haber satisfecho y al no tener el Ministerio que deseaba no aceptó otro. Quizás también jugó en su contra aquel exhabrupto con Piñera en el último Debate.
Otra de las sorpresas fue la no inclusión de Rafael Moreno -el que ahora dice sentirse aliviado de no formar parte del Gabinete- por quien se la jugó la directiva de la Democracia Cristiana. Esto es sin duda un golpe de efecto importante de la Presidenta, al decir que ella es la que toma las decisiones, sin sentirse presionada. Buen por ella.
No queda más que desearle mucho éxito a este Gabinete y a la Presidenta electa, por el bien de todos y del país fundamentalmente. Son sólo cuatro años que hay que aprovechar al máximo, sin opción a equivocarse por el escaso tiempo que hay por delante.
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