viernes, 13 de junio de 2008

¡No queda tiempo para nada!

Que la tecnología nos tiene invadidos no es novedad. Lo novedoso es cómo logramos sobrevivir a ella. Que nos facilita la vida, es innegable, pero también nos quita muchísimo tiempo, no nos da respiro, nos hacemos cada día más esclavos de ella, y en particular de Internet.

Hablaré solo de mi caso, pero creo que interpretaré a muchos. Primero, hay que revisar los email, del trabajo en primer lugar, donde llegan cientos diariamente, la mayoría basura, pero uno nunca sabe y debe revisar al menos el "asunto" de cada uno. Luego los otros correos personales, que en mi caso son dos (gmail y hotmail), donde uno se relacionada con sus amigos, concierta citas y salidas, etc. Hay que revisarlos diariamente.

Seguido a esto, hay que revisar los blog (para mala suerte tengo cuatro, uno de literatura, éste que aguanta todo, y dos relacionados con temas profesionales, uno de tributación y el otro de mi Consultora), revisar si hay algún comentario, revisar sus visitas, etc., aparte de actualizarlos periódicamente, para no perder audiencia (esto me interesa sobretodo en los de temas profesionales).

Y ahora último se han agregado las redes sociales. Estoy en Facebook y en hi5, con la intención manifiesta de trabajar en red, ampliando mis posibilidades de conectarme con potenciales clientes.

Sin embargo, todo esto es una locura, que quita mucho tiempo. Sumado a que estoy generando nuevo contenido para una nueva versión del sitio web de mi consultora Arca Consultores, mi notebook no me deja tranquilo ningún momento. Necesito descansar de todo esto, ya que es francamente adictivo. Y aquí estoy contando todo esto en uno de mis blogs. ¡Quién me entiende!

domingo, 8 de junio de 2008

Estamos en un espiral de malas noticias

Siento que todas las noticias e informaciones que recibimos de nuestro país se tiñen de malas nuevas, de pesimismo. Cuesta encontrar algo positivo, algo que nos suba el ánimo. ¡Si hasta el Colo perdió la final del Apertura!

A la lamentable muerte del General Bernales le han seguido muchas noticias y hechos francamente deprimentes. Huelgas y paros. Los estudiantes y los camioneros ponen en jaque al Gobierno con peticiones atendibles y nos afectan a todos los chilenos de una u otra manera. A su vez, la inflación no nos deja tranquilos, llegando a casi un 9% anual, lejos de las metas de las autoridades que la cifraban en el rango del 4,5 al 5%. El petróleo por las nubes. La delincuencia que se florea por estos días en barrios acomodados, lo que inquieta a quienes tienen más peso en este país. En fin, pésimas noticias por todos lados.

Aunque lo que me parece más grave es la reacción del Gobierno. Y aquí ya hay un problema: el Gobierno reacciona, no prevé los problemas, no logra darse cuenta por dónde viene pesada la mano. El tema de los impuestos específicos a los combustibles es un claro indicio, pues ya el año anterior se debieron tomar medidas más drásticas que habrían evitado un paro que pudo ser caótico y además habría ayudado a mantener la inflación a raya.

En este mismo orden de ideas, me parece que el trabajo del Ministro de Hacienda no puede ser bien evaluado. No se ha anticipado a las crisis por todos anunciadas, no ha impulsado con decisión el crecimiento y tampoco ha logrado tener un buen desempeño político, ganándose cada vez más la reprobación de sus propios correligionarios, cansados -como yo- de su peculiar forma de encontrar todo bien.