Escuché la mayor parte de la llamada Cuenta Anual (bastante masoquista de mi parte) y quedé medianamente satisfecho, aunque algo decepcionado pues creía oportuno dar un mayor impulso pro-crecimiento y un nuevo enfoque hacia las pymes, que debería ser el sector productivo nacional que levante la economía chilena.
Conforme y gratamente sorprendido, eso sí, con los anuncios relativos a la educación, donde destaco nítidamente el Fondo para becas de perfeccionamiento en el extranjero, lo que debería aportar talento fresco a la Nación y aumentos de productividad en el trabajo, amén de mayor innovación y desarrollo. El tratar de cerrar las brechas digitales entregando una buena cantidad de notebook a niños de 7º básico es una buena medida, pero de alcance muy limitado. No sería mucho mayor el esfuerzo ampliarla, tanto en número como en cobertura.
Claramente el acento estuvo en lo social, lo que es ya el signo enequívoco de este Gobierno. De Cuenta Anual hubo bien poco eso sí. Mucho número, exceso de cifras que poco aportan, pocos y disimulados emplazamientos a la Oposición, en fin, un discurso bien pensado y armado, pero que no respondió a las grandes preguntas de por qué nos hemos estancado. Perú nos está dejando atrás y no se ven signos que nos permita defender nuestra posición. Tarea para el todopoderoso Ministro Velasco, que siempre ve con tanto optimismo la economía nacional.
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