Y se aprobó finalmente -bastaba sólo uno de los cinco capítulos, y así ocurrió- la acusación constitucional contra la Ministra Yasna Provoste. Todos se culpan, se acusan, se insultan, se agreden. Para unos es una victoria, una llamada de atención a la ineficiencia y un freno a la corrupción. Para otros, que le hace mal al país, a la democracia, que es un error político que se pagará en las urnas, que es un asesinato cívico.
Sin embargo, luego de escuchar y ponderar muchos de los argumentos tanto de la Concertación como de la Alianza y que en definitiva son poco relevantes, me queda muy claro que el Gobierno tiene los peores asesores políticos que se podría tener, pues este es y ha sido un conflicto gratuito que se pudo evitar con un poco de sentido común y decisión.
Sentido común, pues para todos era evidente que Yasna Provoste tenía ambiciones políticas (se especulaba que sería candidata a Senadora) y que más temprano que tarde saldría del Ministerio, ergo, era una movida lógica pedirle la renuncia y problema resuelto. La derecha no habría tenido gratuitamente tanta exposición mediática y se resolvía de una plumada dos problemas.
Y decisión claro que faltó. La Presidenta -si lo recuerdan- en un principio no apoyó a la ex Ministra de Educación y luego de varias semanas -en que ella tampoco daba la cara y algunos Ministros pedían su renuncia- la comenzó a apoyar más por un tema de género (el famoso femicidio político apareció de nuevo) que por otra cosa. Lo que correspondía era pedirle la renuncia por tamaño desorden administrativo. Si un jefe no logra que todo funcione bien, no sirve simplemente.
Y no quiero referirme al triste espectáculo que dio la ex Ministra Provoste, enclaustrándose piadosamente en la Iglesia, ni a las interminables muestras de apoyo de todos los personeros de la Concertación -para no hablar del lobby que realizaron- pues me pareció de pésimo gusto. Esto lo debieron haber previsto. Un error político mayúsculo del Gobierno de la Presidenta Bachelet.
2 comentarios:
Queda clara que resultó veridica la afirmación de Bachelet :
"Nadie puede jugar con el dinero de todos los chilenos".
El problema es que resultó cierta gracias al poder Legislativo, porque, si fuera por el Ejecutivo, si hay chilenos que tienen derecho a jugar con US$ 260 millones de los chilenos y no sólo no ser castigados por Bachelet, sino que por el contrario, ser defendidos a ultranza.
Asi como el gobierno alegó que esta acusación fue aceptada por una "mayoria circunstancial" en ambas camaras, otras merecidas acusaciones constitucionales fueron rechazadas (y los acusados dejados en la impunidad) por otras "mayorias circunstanciales".
Yo me quedo con las sensatas declaraciones del senador Prokurica:
"Se acabó la puerta giratoria del despilfarro de los recursos públicos"
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