Se han detectado graves irregularidades en Chiledeportes (corrupción que le llaman), entidad gubernamental encargada del deporte en nuestro país. Proyectos que no se hicieron, dineros supuestamente desviados para campañas políticas, etc., etc.
Nada nuevo bajo el sol. Siempre ha pasado en Chile y probablemente seguirá pasando. No es culpa de este gobierno ni del anterior, ni del color político del gobierno de turno. Es simplemente parte de la idiosincracia nacional. Como bien dice en su columna de hoy en El Mercurio Edgardo Marín, antes los directores de Digeder (antigua entidad encargada del deporte en el régimen militar) se llevaban todo a manos llenas y nadie decía nada; ahora el robo es "más democrático" pues alcanza para más personas y es menor su cuantía.
Y cuando la derecha rasga vestiduras por este caso aparecen nuevos antecedentes de la fortuna de Pinochet repartida por el mundo. Se han encontrado ¡¡9 mil kilos de oro!! (a esta altura dirá que no se acuerda o probablemente sus asesores dirán que corresponde al oro fundido cuando las señoras ricas de la derecha entregaron sus anillos y cadenas de oro para reconstruir el país en los primeros meses luego del golpe de Estado) en el banco HSBC, equivalentes a ¡160 millones de dólares!
Lamentable en todo caso. A mí me da verguenza. Sentimiento que igualmente me inunda por este nuevo caso de Chiledeportes y por el del Indap hace unos meses y del Mop-Gate, etc.
Chile aparece siempre bien ubicado en los índices de corrupción; me pregunto entonces cómo será en los otros países.
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