Mañana 11 de marzo de 2006 será un día histórico en nuestra historia republicana: asumirá la Presidencia de la República Michelle Bachelet. Las expectativas son altas, como nunca hay un sentimiento de igualdad que recorre el país, acentuado por la repartición igualitaria en cuanto a género de los cargos de exclusiva responsabilidad de la Presidenta.
Por mi parte, si bien tengo ciertas aprehensiones en temas muy puntuales que no quiero aún debatir, también recibo esperanzado el nuevo gobierno Concertacionista, esperando que se hagan realidad tareas prometidas que vayan en directo beneficio de la mayor parte de la población.
En este punto, espero un gran trabajo del área económica del gobierno, especialmente del Ministerio de Economía y de la naciente Subsecretaría de las Pymes, que si se cumplen en parte las promesas deberían convertirse en motores importantes que permitan disminuir las enormes desigualdades en el ingreso de los chilenos.
Ya resueltas en gran medida las problématicas macroeconómicas -que mantienen al país en lugares de privilegio en los índices internacionales en la materia- es hora de preocuparse del aspecto microeconónico, en donde las Pymes han tenido que soportar condiciones muy difíciles y no han podido transformarse en motores del desarrollo, como espero que ocurra en estos años que tiene por delante el entrante gobierno.
No me queda más que desear las mejores de las suertes al gobierno de Michelle Bachelet y confiar en que todos los chilenos, cual más cual menos, aportemos a que lleguemos al 2010 en mejores condiciones.
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