martes, 10 de noviembre de 2009

Debate Presidencial

Bien bueno el debate de ayer organizado por canal 13 (Chile Debate). Por momentos fue un verdadero debate entre los candidatos, con fuertes ataques de lado y lado. Un formato mucho más dinámico que el anterior debate nacional preparado por TVN.

Me pareció bien conducido además por los dos periodistas, firmes en sus preguntas y firmes también para hacer respetar el tiempo asignado a cada cual, aunque no siempre se respetaba. En síntesis, un buen formato y buenos presentadores.

Ahora vayamos a lo sustancial. Cómo lo hicieron los candidatos presidenciales. En primer lugar, llama la atención la cantidad de tics y gestos que hace Piñera mientras hablan los demás. ¿Nerviosismo, ansiedad? No parecía, pues en general se manejaba bastante bien, aunque persistiendo en sus frases hechas. Fue duramente atacado por Enríquez-Ominami en varias oportunidades y por Frei, ocasionalmente.

Frei partió muy mal, lento, torpe con el formato que exigía rapidez, pero pronto se acomodó mejor y cumplió aceptablemente. No estuvo muy claro y abuso del torpe gesto aprendido en su campaña, pero intentó mostrar una diferencia entre candidatos y un ex Presidente. También sufrió ataques fuertes de Piñera y Enríquez-Ominami.

Arrate, sabiéndose sin nada que perder, mantuvo su acostumbrada sobriedad y salió bien parado en casi todos los puntos, incluidos ciertos emplazamientos individuales efectuados a los otros candidatos. Suelto y relajado, aportó humor y calidez y propuso ideas muy interesantes, no recogidas por las otras candidaturas.

Ahora bien, ¿cómo evaluar a Enríquez-Ominami si sólo se le entiende la mitad de lo que dice, y de esa mitad, la mayoría de los términos son rebuscados? ¿Será una estrategia diferenciadora? No sé, pero hay que reconocer que se maneja bien en televisión, sabe marcar los tiempos, juega con las cámaras, sólo le falta hablar bien! Pecó de confrontacional (encarado por lo mismo por Puñera) y no reconoció su falta de experiencia en política.

Entre paréntesis, por Twitter se podía seguir al minuto todo el debate y las opiniones de importantes periodistas y analistas (Matías del Río, Paulsen, Patricio Navia, El Mostrador, Radio Biobío, etc.) y de otros tantos anónimos como quien escribe, que aportaba con comentarios en caliente y frescos, muy interesantes y casi siempre divertidos. Un plus. Espero que para las elecciones, Twitter se convierta en un canal de información valiosísimo e instantáneo.

¿Pero quién gano? Difícil decirlo, déjemoslo en empate técnico.