
Sin embargo, luego de escuchar y ponderar muchos de los argumentos tanto de la Concertación como de la Alianza y que en definitiva son poco relevantes, me queda muy claro que el Gobierno tiene los peores asesores políticos que se podría tener, pues este es y ha sido un conflicto gratuito que se pudo evitar con un poco de sentido común y decisión.
Sentido común, pues para todos era evidente que Yasna Provoste tenía ambiciones políticas (se especulaba que sería candidata a Senadora) y que más temprano que tarde saldría del Ministerio, ergo, era una movida lógica pedirle la renuncia y problema resuelto. La derecha no habría tenido gratuitamente tanta exposición mediática y se resolvía de una plumada dos problemas.
Y decisión claro que faltó. La Presidenta -si lo recuerdan- en un principio no apoyó a la ex Ministra de Educación y luego de varias semanas -en que ella tampoco daba la cara y algunos Ministros pedían su renuncia- la comenzó a apoyar más por un tema de género (el famoso femicidio político apareció de nuevo) que por otra cosa. Lo que correspondía era pedirle la renuncia por tamaño desorden administrativo. Si un jefe no logra que todo funcione bien, no sirve simplemente.
Y no quiero referirme al triste espectáculo que dio la ex Ministra Provoste, enclaustrándose piadosamente en la Iglesia, ni a las interminables muestras de apoyo de todos los personeros de la Concertación -para no hablar del lobby que realizaron- pues me pareció de pésimo gusto. Esto lo debieron haber previsto. Un error político mayúsculo del Gobierno de la Presidenta Bachelet.